martes, 4 de agosto de 2009

Mi mitad


Que decir de mi mitad... con él las palabras dejan de fluir y sólo se abren paso los sentimientos. Nos quiere tanto que no creo que podamos darle más de lo que nos ofrece cada día. No puedo decir nada más que sus defectillos son insignificancias y que me gustaría estar a su lado toda mi vida... Espero que la afirmación "todo pasa" no sea cierta.

Todavía me acuerdo de aquello que nos dijeron sobre que nunca se debe pensar "no puedo amar más", sólo puedo hablar por mí, y en mi caso es real, cada día le quiero más.

Y pedirle que nos siga queriendo como lo hace a diario... que nos encanta... y que cuando vea que algo pasa que no le cuadra se ponga en el lugar del otro. A veces es lo mejor para darse cuenta de lo que siente el otro. Un beso, amor.






Miguel


Pero, ¿Qué podemos decir de tí?. Pequeñín. Pues... que eres nuestro torbellino, el peque que no para. Ahora estás aprendiendo a investigar por tu cuenta... eh!!! Como diría Sofía: "Este peque..."

Eres nuestra alegría cada día y nuestra "pesadilla", ¿Cómo pararte? Eso me gustaría saber a mí. Pero realmente no queremos que pares aunque nos gustaría mantener la casa como está y que no te dedicases al Grafiti desde tan tierna edad.

Espero que cuando regrese Sofía no tengas los celillos de la última vez, tontorrón, que te queremos muchísimo. Y que aprendas a decir por lo menos tu nombre y alguna que otra palabreja más. Porque hola, adios, papá, mamá, tata y agua no son las únicas chiquitín.

Y muy pero que muy importante, déjate querer como hasta ahora, que nos encanta achucharte, y en esta ocasión gracias a la genética por permitirme tener un calco de mi papá en casa.

Y a mi papá: "te echo de menos, pero sé que dónde quiera que estés nos estarás mirando, un beso, te querré siempre".




Sofía

Cómo explicar como te echo de menos, cariño. Los días sin tí no tienen el mismo color, tu risa es el motor de nuestras vidas, tus inmensos ojos azules me llenan de alegría.
Sólo me consuela saber que lo estás pasando genial con los abuelos en la playa y que pronto regresarás a mi lado.
Llegaste al mundo hace casi seis años, pero siempre quise tener una hija como tú. Eres mi sueño hecho realidad. Sabía como te iba a llamar desde que supe que quería ser madre.
Me encanta verte crecer y después de estos maravillosos años a tu lado sólo faltaba la llegada de nuestro pequeñín para rebosar de felicidad.
Sois el motor de mi vida, mi mayor tesoro. Supongo que no se puede explicar con palabras el sentimiento tan intenso y profundo que nace cuando se es madre.
Recuerdo mis embarazos como si los estuviera viviendo de nuevo. Esa sensación de plenitud... como me enseñasteis lo que es la ternura, la paciencia, el amor desinteresado, el verdadero. No sé como agradecer a papá... y gracias hijos por todo lo que me dais y enseñais cada día.